Tallerista: Ignacio Agüero
Entre los meses julio y agosto del 2016, tuvieron lugar durante jornadas, las sesiones del taller de cine impartido por el documentalista y director de «Cero en Conducta» Ignacio Agüero en la escuela Pedro Quintana Mancilla de Coyhaique.
En el taller participaron todos los alumnos a cargo del 7º B, en total 28 estudiantes, a cargo de la profesora xxx. En las sesiones además estuvieron presentes un profesor de teatro de la Escuela, de Coyhaique y un profesor de Lenguaje de la Escuela.
El Taller se desarrolla dentro del horario regular de clases, en dos módulos. Un primer módulo de ver películas. Un segundo módulo de hacer una película.
El propósito del Taller es experimentar una forma de contacto entre los jóvenes y el cine, forma que constituye un experimento tanto para los alumnos como para los talleristas.
Fundamentos
El cine es una experiencia fundamental a ser vivida por los jóvenes, como una experiencia que puede posibilitar de un modo único la comprensión o visión o descubrimiento del mundo como un universo inmenso, en lo espacial, intelectual, emocional y antropológico, posible de conocer, palpar, imaginar, habitar y finalmente crear.
Lo específico del cine, como catapultador o emancipador, es el contacto sensorial entre el individuo espectador y la materia de las imágenes, como un diálogo clandestino entre un espectador y un artista que las manipula. Hay al menos dos experiencias en este contacto. Una es el contacto con lo que está en la imagen. Otra es el contacto con el fenómeno de la creación cinematográfica. El contacto con la imagen y el contacto con el creador son experiencias que siempre se tienen aunque no se tenga conciencia de ellas. La Escuela es el lugar más adecuado donde esta experiencia puede ocurrir.
Aunque el acto de ver una película es colectivo, el contacto con la imagen es individual. Así también el encargo de filmar es colectivo, pero la experiencia de hacerlo es individual.
De lo que trata el Taller es posibilitar la experiencia de ver y la de hacer. Ver para experimentar el ancho del mundo. Hacer para experimentar la creación de (del) mundo.
La experiencia de ver
El cine es como el firmamento. Para verlo hay que apagar todas las luces de modo que vayan apareciendo las estrellas más pequeñas y menos brillantes. Solo el que se recuesta y mira puede sentir el temblor por algo a lo que no se le puede poner palabras y comprender algo de sí mismo y del mundo, sin que ni sus padres ni sus profesores se lo hayan explicado nunca. De igual modo pasa con el cine. El niño o el estudiante no necesita ninguna clase para ver una película. Es una experiencia individual y personal que se da en la relación entre dos inteligencias . La del autor con la del espectador, que en este caso será la relación entre un artista y un niño. A eso debemos apuntar, a que esa relación exista y del mejor modo posible.
Este módulo consta de 3 sesiones de 2 horas cada una.
En la primera sesión se invertirá una hora en oscurecer la sala y en probar la calidad de la proyección. El oscurecimiento consiste en pegar bolsas plásticas de basura en las ventanas y en las rendijas de las puertas de modo de impedir las entradas de luz. Probar la calidad de la proyección consiste en ajustar la proyección de luz del proyector con el cuadro de la película de modo que no haya más luz que el rectángulo de la imagen. Y probar la calidad de la amplificación del sonido.
Una vez aprobada por todos la calidad de la proyección y el grado de oscuridad, se comenzará con la exhibición de trozos de diversas películas, durante la 2ª hora de la primera sesión y las 4 horas restantes de los dos siguientes días.
Habrá que organizar las proyecciones tomando en cuenta una pausa entre trozo y trozo y considerando las campanadas de la escuela de modo que no coincida con un momento de proyección.
Cada exhibición de trozo tendrá una brevísima introducción en la que los talleristas dirán el nombre del autor, su nacionalidad, la edad que tenía al hacer la película y el lugar donde se filmó, mostrándolo en un mapa del mundo que habrá en la sala de clases. Nada más. El nombre de la película y del autor se anotará en la pizarra. Luego se apagará la luz y se exhibirá el trozo seleccionado de película. Ésta se interrumpirá arbitrariamente, se encenderá la luz, y se contará muy brevemente cómo sigue. Habrá un espacio breve para preguntas, las que los talleristas responderán sólo cuando se trate de alguna información. Cuando la pregunta busque aclarar dudas acerca de la historia, o de las razones de los personajes para actuar de determinada manera, o sobre el lenguaje de la película, los talleristas devolverán la pregunta de modo que sean los alumnos quienes se respondan a sí mismos.
El Taller no quiere discutir las películas ni analizarlas. Sólo pretende dejarlas en los niños.
Las películas que se están considerando para exhibir se eligen arbitrariamente y consecuentemente corresponden a películas que han estremecido a los talleristas y que los talleristas consideran que interesarán a los niños sin que sean especialmente películas para niños. En cada una de estas películas y en todas hay algo particularmente cinematográfico, que es el modo en que se accede a una emoción, pensamiento o perplejidad, a las que sólo se puede acceder por la vía de una operación de imágenes y sonidos trabajada por la inteligencia de un autor.
Entre otras éstas son:
- Dónde está la casa del amigo, de Abas Kiarostami
- La calle de la paz, de Charles Chaplin
- La eternidad y un día, de Theo Angelopoulos
- Sueños de hielo, de Ignacio Agüero
- Los cuatrocientos golpes, de François Truffaut
- La Recta Provincia, de Raúl Ruiz
- Baraka, de Ron Fricke
- Dónde están los caracoles, de Fernanda González
- Historia del tiempo, de Paola Campos.
- Mi Julio Verne, de Patricio Guzmán
- El caballo de Turin, de Bela Tarr
- Y la vida continúa, de Abas Kiarostami
- La lengua de las mariposas, de José Luis Cuerda
La experiencia de hacer
Los talleristas entregarán 5 cámaras y 5 trípodes a 5 alumnos que las usarán para filmar el día sábado. Estos 5 alumnos las entregarán al final del día a otros 5 alumnos que filmarán con ellas el día domingo. Los talleristas almacenarán en un disco los materiales del día sábado para que los alumnos del día domingo puedan usar las tarjetas limpias. El material del día domingo se bajará a un disco el día lunes en la sesión del Taller. Los restantes 18 alumnos grabarán con sus teléfonos celulares, los que serán previamente identificados de modo de que sean aparatos susceptibles de bajar la información para su edición, lo que se hará el mismo día lunes. De este modo el día lunes se verá lo que grabó el fin de semana.
Se editarán las películas en presencia y con la participación de los alumnos. Luego, se editará la película final que será la suma de las ediciones de cada película individual.
Lo más importante es que cada alumno tenga la experiencia de filmar solo.
Los talleristas enseñarán un mínimo de cosas. Cómo usar las cámaras. Qué hacer con las cámaras y los teléfonos. Se mostrarán planos de las películas vistas en las sesiones de Ver una Película para ejemplificar modos de filmar.
Los talleristas piensan que todos los alumnos saben filmar y todos saben cómo se hace una película.
Se les pedirá un máximo de 5 planos a cada uno de no más de 1 minuto cada uno.
Parece simple y trataremos de que así lo sea.
Una mirada a la experiencia
Texto: Ignacio Agüero
Video: Registros de Ignacio Agüero, xxx, xxx. Montaje de Martín Santapau.