«Geografías Conectadas»: Uniendo latitudes a través del ver y hacer cine

Cero en Conducta tiene una clara visión pedagógica que busca transformar la vida de los estudiantes, a través de la exposición al cine. Como objetivo está ampliar los horizontes culturales, sensibles y creativos de los jóvenes; lo que se logra mediante visionados, reflexiones y ejercicios prácticos. 

En 2022, Cero en Conducta se embarcó en un ambicioso proyecto junto a la Corporación Cultural Documental (Culdoc): realizar seis talleres de cine en seis establecimientos educacionales de distintas regiones durante los dos semestres del año escolar. 

Los talleres estaban comprendidos de estudiantes entre 10 a 17 años, de quinto a cuarto medio, cuyas sesiones fueron impartidas de forma híbrida por dos talleristas de Cero en Conducta y un profesor del colegio comprometido.

Durante el primer semestre, los seis establecimientos educacionales públicos en los que llegó Cero en Conducta fueron:

● Liceo Público Trovolhue – Región de la Araucanía

● Complejo educacional Darío Salas Díaz – Región de la Araucanía

● Liceo Polivalente Domingo Latrille y Escuela República de los Estados Unidos de Tocopilla – Región de Antofagasta

● Escuela Municipal Pedro Quintana Mansilla – Región de Aysén

● Liceo Gran Bretaña Concepción – Región del Biobío

A través de jornadas de formación docente, los educadores de los establecimientos educacionales aprendieron de la metodología de Cero en Conducta. Esto propició el desarrollo de las clases de cine en la escuela, que también tenían como finalidad que puedan continuar en el tiempo dentro de sus colegios.

En diez sesiones de dos horas pedagógicas, los talleristas, los profesores y los estudiantes se reunieron en torno al ver, reflexionar y hacer cine. Por medio de la realización de ejercicios prácticos y visionado de fragmentos de películas, ellos desarrollaron una distinta relación con su entorno y las imágenes de su día a día.

Los estudiantes lograron ampliar su mirada y apreciación del cine como arte y expresión creativa. Esto fue percibido por los talleristas al notar cuáles eran los detalles de los fragmentos de películas y ejercicios que llamaban la atención de los jóvenes. 

Asimismo, los estudiantes evidenciaron su nueva consideración por el cine a través de sus registros en los ejercicios; las imágenes que tomaron; los sonidos que capturaron; y materialidades que usaron para expresar los aspectos significativos de su vida cotidiana.

Sin embargo, el formato híbrido y la distancia con los estudiantes fue un obstáculo que los talleristas y docentes tuvieron que sortear. Debido a la falta de un salón, y un tiempo determinado para compartir, crear un vínculo a través de la expresión creativa fue más difícil, pero no imposible. 

A pesar de este desafío, el equipo de Cero en Conducta logró sortear las dificultades que se presentaron en el camino, y lograron adaptarse para sacar a flote los trabajos finales y el objetivo de adquirir nuevas sensibilidades con respecto al cine, las imágenes y los sonidos que rodean a los jóvenes.