Cero en Conducta y los talleres de Padre Hurtado: El desafío de encantar en horarios de clases

Las talleristas se enfrentaron con el desafío de enamorar a les niñes de distintos niveles y en tiempos acotados.

Durante el primer semestre de 2022, Cero en Conducta fue invitado por el Departamento de Educación de la Municipalidad de Padre Hurtado para formar parte de un programa cultural educativo, el cual buscaba explorar distintas disciplinas artísticas en colegios de la comuna.

La propuesta consistía en que cada mes se rotaban diferentes experiencias artísticas como el teatro, artes visuales, música, danza, literatura y cine. Ahí es donde entró Cero en Conducta.

El turno de la red se dio en mayo de 2022, el cual se llevó a cabo en diversos colegios de la región Metropolitana: Liceo Bicentenario Paul Harris (Kinder, 4to básico, 6to básico y 2do medio); Escuela República Argentina (1ro, 5to y 8vo básico); Escuela La Esperanza (Kinder, 1ero y 6to básico); y Escuela Cristal Chile (Kinder y 8vo básico).

Saliendo de la zona de confort

Las talleristas Constanza Contreras y Paola Campos estuvieron encargadas de este taller, el cual tuvo que ser adaptado para los distintos niveles en los que se desempeñaron: pre básica, básica y media. En cada curso, realizaron tres sesiones, una por semana, y cada día de la semana en un colegio distinto.

Constanza Contreras señaló que la realización de los talleres de Padre Hurtado fueron un tremendo desafío, específicamente por la edad de los alumnos que asistían a las clases. “Era la primera vez que hacíamos talleres en cursos tan pequeños, antes solo habíamos llegado a 6to básico”, afirmó.

La edad de los alumnos no fue la única tarea a la que se enfrentaron, sino que los tiempos más acotados también fueron un reto para las talleristas. Constanza y Paola tuvieron que adaptar el taller para realizarlo en una o dos horas de clases, y en ese tiempo, encantar y educar a los estudiantes con el cine.

La importancia del gusto

Paola Campos aseguró que este objetivo se cumplió en el taller, y que las y los niños aprendieron de las sesiones con Cero en Conducta. 

“Reconocían las cosas que le preguntamos, se quedaron con aprendizajes con respecto a qué es una imagen, qué significa, qué les interesó al grabar una determinada imagen y generaban reflexiones de los ejercicios”, comentó.

Lograr que los estudiantes se fascinen con las clases era una de las tareas más importantes, de acuerdo a la talleristas. Ella señaló que lograr que a los alumnos les guste el cine, es el parámetro principal para definir a un taller como logrado. 

“El gusto es algo bien desestimado en el escenario escolar, nadie se fija si al niño le gusta la materia, pero para nosotros “el gusto” es algo súper importante. No es algo superficial ya que el “gusto” es el motor para el deseo de aprender”, concluyó Campos.