Metodología

La metodología diseñada por la red Cero en Conducta recoge algunas de las ideas del teórico francés Alain Bergala descritas en su libro “La Hipótesis del Cine”. Dentro de ellas, la principal es que consideramos el cine como un arte, y a la imagen cinematográfica como el resultado de un gesto de creación que se basa en un contacto singular entre el estudiante y el mundo que lo rodea. 

Recogemos de su propuesta, la necesidad de no categorizar los códigos cinematográficos como absolutos o universales, pues esta reducción del lenguaje audiovisual tergiversa el carácter salvaje o indómito, propio de las imágenes cinematográficas. 

Para el equipo se trata de poner en valor al cine como un acto de creación que se desarrolla dentro del contexto escolar y, que al mismo tiempo, no se condice o separa de las prácticas didáctico-evaluativas usualmente utilizadas por la escuela. Esta separación se debe a que buscamos la introducción del cine en el aula desde una perspectiva dialógica, horizontal y en la idea de transmisión.

Bajo esta premisa, los/as talleristas y docentes de las escuelas en las que ingresamos, actuamos instalando las condiciones de un aprendizaje construido por las y los estudiantes. Se trata de propiciar una experiencia subjetiva de aprendizaje, una apertura a las posibilidades inventivas del trabajo con los materiales del cine, vale decir: el sonido, la luz, el tiempo, el espacio, etc. En este escenario, el/la estudiante debe resolver problemas éticos y estéticos, sin que para ello medie un adulto que establezca un modo correcto de hacer y aprender. 

Este gesto de creación sitúa al estudiante en un proceso que involucra, en una primera etapa de registro: la activación de los sentidos, la capacidad de selección de la porción de realidad que quiere capturar, el desarrollo de la intuición, el gusto, etc. 

Luego, en la etapa de montaje, considera una nueva selección y organización de lo capturado, explorando en relación a los ritmos, tiempos, formas de relación entre imágenes y sonidos, y todo un abanico de elementos que revelarán ante un otro un modo particular del estudiante de relacionarse con su entorno y del lugar que ocupa en la sociedad.

A un nivel más concreto, trabajamos el ver y el hacer cine. En relación al hacer, hemos diseñado una serie de dispositivos documentales breves, creados para impulsar la experimentación de los estudiantes, el redescubrimiento de sus espacios cotidianos y la valoración de sus decisiones al interior del proceso creativo. 

Llamamos dispositivo a un sistema de reglas u obstrucciones que instauran un problema o puesta en crisis en los modos de ver y percibir. Se trata de ejercicios cinematográficos formales que exigen de los estudiantes gestos autónomos y libres de creación.

En cuanto al ver, trabajamos con fragmentos de films de ficción y documental autorales y ejercicios hechos por participantes de los talleres. Todo lo filmado es visto y discutido en el aula. Una vez proyectada la obra, buscamos propiciar una experiencia significativa, poniendo en valor el gesto subjetivo de interpretación de cada estudiante, dialogando en torno a los gestos de creación de ellos/ellas  mismos/as o de los/as cineastas proyectados. 

El objetivo es permitir el despliegue de memorias, sensaciones, silencios, análisis y decisiones diversas, en lugar de guiar la mirada de los/as estudiantes hacia un análisis temático, estructural, crítico lingüístico, o de reforzamiento curricular. 

Para nosotros, esta forma de entrar a las escuelas tiene una potencia emancipadora, pues en lugar de buscar la reproducción de un saber racionalizado o articulado por un adulto, invita a los/as estudiantes a ser los/as principales creadores de su experiencia con el mundo.